viernes, 2 de octubre de 2009

Editorial (Núm. 178, octubre-diciembre 2009)

¿Qué consideraciones se deben tomar en cuenta en el marco jurídico con respecto a la Educación ambiental? ¿Cómo se puede abordar el cuidado del agua en el nivel de preescolar? ¿Qué implicaciones ha tenido el cambio climático en nuestro planeta? Son algunas de las preguntas que trata de responder la edición 178 de Caminos Abiertos.


En este fin del año 2009 retomamos tópicos que tienen que ver con la Educación Ambiental: Cecilia Escárcega Solís analiza el marco jurídico en materia de Educación ambiental en México. Ma. Isabel Vizcarra Reyna nos brinda una experiencia didáctica en preescolar sobre el cuidado del agua. Hernán Sorhuet Gelós nos regala profundas reflexiones acerca del cambio climático. Continuando con ese tenor, J. Adrián Figueroa pone en la mesa de la discusión la pertinencia del uso de bolsas biodegradables y Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán nos comparte un artículo sobre los estándares de la ciencia en México y los relaciona con el programa de la Maestría en Educación Ambiental de nuestra institución. Al final, Alfredo Villegas Ortega relata una visión personal del movimiento del 68 y los recuerdos de eso años.

Las imágenes en esta edición conmemoran los 90 años de la muerte del inolvidable pintor impresionista Pierre-Auguste Renoir.

Análisis del marco jurídico en materia de Educación Ambiental en México

Cecilia Escárcega Solís[1]

Entender como se compone el marco jurídico en materia de educación ambiental, precisa de recordar algunos instrumentos jurídicos competencias por territorio, las atribuciones de los Poderes de la Unión y la jerarquía del orden jurídico que nos ayuden a conocer como se regula la educación ambiental en México.

En ese orden de ideas, entendemos que la competencia territorial son los ámbitos Federal, Estatal y Municipal y por supuesto se deben considerar el ámbito internacional, por los Tratados y Convenios Internacionales que son ratificados en el congreso y se elevan a leyes y conforman parte de nuestro sistema jurídico mexicano.

El enfoque de este análisis es en el ámbito federal así mismo considerando los elementos antes mencionados podemos comprender e integrar el marco jurídico en materia de educación ambiental que es vigente en México.

En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos Mexicanos[2] en sus artículos 39 y 41, determina que la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo y se ejerce por medio de los Poderes de la Unión, es decir: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

Al respecto, es importante señalar la esencia de cada uno de ellos y que función cumplen en materia de educación ambiental. En lo referente al Poder Legislativo Federal, en el Congreso, que se divide en dos cámaras, una de diputados y otra de senadores, es donde se deposita el Poder Legislativo de los Estados Unidos Mexicanos, cuya tarea fundamental consiste en crear normas jurídicas abstractas, generales e impersonales denominadas leyes y que por emanar de él asumen un carácter formal. En otras palabras, la Constitución otorga al Congreso de la Unión facultades legislativas, político-administrativas y político-jurisdiccionales que se traducen en leyes, decretos y fallos respectivamente.

En materia de educación ambiental en el Poder Legislativo, en las Cámaras de Diputados y Senadores cuenta con dos instancias las Comisiones Legislativas en Educación y Servicios Educativos y la de Medio Ambiente y Recursos Naturales, respectivamente en cada Cámara. Es importante saberlo como ciudadanos y como educadores ambientales porque son espacios de participación ciudadana y es en estas comisiones donde se crean las leyes, se reforman, se derogan y establecen consultas ciudadanas para realizar su trabajo legislativo.

El Poder Ejecutivo Federal es el poder público, ejercido en interdependencia con las funciones legislativas y jurisdiccionales, a través de la actuación de un conjunto de órganos de autoridad jerárquicamente estructurados y se manifiesta en actos de autoridad de carácter administrativo, los cuales son concretos, particularizados e individualizados.

Es el órgano al que le corresponde la función de Gobierno y la Administración Pública Federal y es considerado como la función pública distribuida en órganos del Estado que se encuentran vinculados en una estructura sistematizada y en un cuadro de relaciones jerárquicas.

En este sentido como sabemos dentro del Poder Ejecutivo Federal las atribuciones en educación se depositan en la Secretaría de Educación Pública (SEP) y en materia ambiental le corresponde a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, (Semarnat) dentro de su estructura se contempla el Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable (Cecadesu), el cual se vincula con la SEP para establecer convenios de colaboración y programas de educación ambiental formal. En el D. F. Secretaría de Educación y la Secretaría de Medio Ambiente del Distrito Federal.

Finalmente el Poder Judicial Federal, en la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Electoral, los Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito y en los Juzgados de Distrito se deposita el ejercicio del Poder Judicial. En los ámbitos de su competencia desarrolla dos funciones jurisdiccionales: la judicial propiamente dicha y la de control constitucional.

Cuando realiza la función judicial actúa como un juez que resuelve un conflicto de derecho: civil, ambiental, administrativo, penal, entre otros, mientras que en el ejercicio de la función de control constitucional actúa como mantenedor y protector del orden instituido por la Constitución y establece una relación política, de poder a poder con las demás autoridades del Estado, sean federales o locales.

Al respecto en materia de educación ambiental el Poder Judicial, como mencionamos anteriormente le corresponde resolver las controversias y determinar la situación jurídica, en los casos donde se han cometido delitos, pero en sí en educación ambiental debe quedar claro que no se incurre en delitos como tal, por tanto no tienen competencia los órganos jurisdiccionales para conocer y dirimir controversias en la materia de estudio que estamos abordando.

El otro elemento importante para comprender la integración del marco jurídico es la jerarquía del orden jurídico. Al respecto el Mgdo. Guillermo I. Ortiz Mayagoitia[3] refiere lo siguiente:

“Todo orden jurídico no es sino un sistema de normas que constituyen una unidad. La unidad de estas normas se halla constituida por el hecho de que la creación o el contenido de la de grado más bajo se encuentra determinada por otra de grado superior, cuya creación, a su vez, está prescrita por otra todavía más alta hasta llegar a la norma de mayor rango: la Constitución, la cual representa la suprema razón de validez de todo ordenamiento jurídico.”

La Constitución mexicana es la norma de norma en el país. Impone deberes, crea limitaciones, otorga facultades y concede derechos. Nada ni nadie puede estar sobre ella, pues su naturaleza de suprema niega la posibilidad de que esté sometida a otro cuerpo normativo superior y, en cambio, requiere que todo le sea inferior y que cada acto de autoridad esté de acuerdo con ella. Toda estructura normativa del país descansa sobre esta idea.

Ahora si, entrando directamente a las normas jurídicas en la materia y haciendo un análisis de acuerdo con la jerarquía del orden jurídico comenzamos con la Carta Magna:

El artículo 3º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su párrafo cuarto inciso b, textualmente refiere: “será nacional, en cuanto -sin hostilidades ni exclusivismos- atenderá a la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura… “

El artículo 4º nos menciona en su cuarto párrafo: “Toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar”.

La legislación en materia de educación ambiental con la que contamos son las siguientes: la Ley General de Educación, la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), la Ley Orgánica de la Administración Pública, que determinan las atribuciones de SEP y Semarnat y sus reglamentos internos.

En la Ley General de Educación , el artículo 7, fracción XI, dispone literalmente lo siguiente: “Inculcar los conceptos y principios fundamentales de la ciencia ambiental, el desarrollo sustentable así como de la valoración de la protección y conservación del medio ambiente como elementos esenciales para el desenvolvimiento armónico e integral del individuo y la sociedad”.

En el artículo 48, el párrafo tercero, establece que: “Las autoridades educativas locales propondrán para consideración, y en su caso, autorización de la Secretaría, contendidos regionales que, sin mengua del carácter nacional de los planes y programas citados permitan que los educandos adquieran un mejor conocimiento de la historia, la geografía, las costumbres, las tradiciones, los ecosistemas y demás aspectos propios de la entidad y municipios respectivos.”

En lo correspondiente a Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), en los artículos 3, 15, 39, 40, 41, 48, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 66 y 158, que a continuación presento.

En el artículo 3 fracción XXXVI, establece que para efectos de la LGEEPA se entiende por “educación ambiental: Proceso de formación dirigido a toda la sociedad, tanto en el ámbito escolar como en el ámbito extraescolar, para facilitar la percepción integrada del ambiente a fin de lograr conductas más racionales a favor del desarrollo social y del ambiente. La educación ambiental comprende la asimilación de conocimientos, la formación de valores, el desarrollo de competencias y conductas con el propósito de garantizar la preservación de la vida. consideran de utilidad pública”.

En su capítulo III de Política Ambiental, en su artículo 15 fracción XX que a la letra dice: “La educación es un medio para valorar la vida a través de la prevención del deterioro ambiental, preservación, restauración y el aprovechamiento sostenible de los ecosistemas y con ello evitar los desequilibrios ecológicos y daños ambientales.” Explicitando que al Ejecutivo corresponde establecer como parte de sus principios

En la Sección VIII Investigación y Educación Ecológicas, textualmente establece lo siguiente: artículo 39 Las autoridades competentes promoverán la incorporación de contenidos ecológicos, conocimientos, valores y competencias, en los diversos ciclos educativos, especialmente en el nivel básico, así como en la formación cultural de la niñez y la juventud.

Asimismo, propiciarán la participación comprometida de los medios de comunicación masiva en el fortalecimiento de la conciencia ecológica y la socialización de proyectos de desarrollo sustentable.

La Secretaría, con la participación de la Secretaría de Educación Pública, promoverá que las instituciones de educación superior y los organismos dedicados a la investigación científica y tecnológica, desarrollen planes y programas para la formación de especialistas en la materia en todo el territorio nacional y para la investigación de las causas y efectos de los fenómenos ambientales.

La Secretaría mediante diversas acciones promoverá la generación de conocimientos estratégicos acerca de la naturaleza, la interacción entre los elementos de los ecosistemas, incluido el ser humano, la evolución y transformación de los mismos, a fin de contar con información para la elaboración de programas que fomenten la prevención, restauración, conservación y protección del ambiente.

El artículo 40 menciona que “La Secretaría del Trabajo y Previsión Social, promoverá el desarrollo de la capacitación y adiestramiento en y para el trabajo en materia de protección al ambiente, y de preservación y restauración del equilibrio ecológico, con arreglo a lo que establece esta Ley y de conformidad con los sistemas, métodos y procedimientos que prevenga la legislación especial. Asimismo, propiciará la incorporación de contenidos ecológicos en los programas de las comisiones mixtas de seguridad e higiene”
.
El artículo 41 refiere que “El Gobierno Federal, las entidades federativas y los municipios con arreglo a lo que dispongan las legislaturas locales, fomentarán investigaciones científicas y promoverán programas para el desarrollo de técnicas y procedimientos que permitan prevenir, controlar y abatir la contaminación, propiciar el aprovechamiento racional de los recursos y proteger los ecosistemas. Para ello, se podrán celebrar convenios con instituciones de educación superior, centros de investigación, instituciones del sector social y privado, investigadores y especialistas en la materia”.

En la Sección II Tipos y Características de las Áreas Naturales Protegidas, en artículo 48 nos refiere en su párrafo segundo: “Las reservas de la biosfera se constituirán en áreas biogeográficas relevantes a nivel nacional, representativas de uno o más ecosistemas no alterados significativamente por la acción del ser humano o que requieran ser preservados y restaurados, en los cuales habiten especies representativas de la biodiversidad nacional, incluyendo a las consideradas endémicas, amenazadas o en peligro de extinción.

En tales reservas podrá determinarse la existencia de la superficie o superficies mejor conservadas, o no alteradas, que alojen ecosistemas, o fenómenos naturales de especial importancia, o especies de flora y fauna que requieran protección especial, y que serán conceptuadas como zona o zonas núcleo. En ellas podrá autorizarse la realización de actividades de preservación de los ecosistemas y sus elementos, de investigación científica y educación ecológica, y limitarse o prohibirse aprovechamientos que alteren los ecosistemas”.

En el artículo 50 literalmente nos menciona: “Los parques nacionales se constituirán, tratándose de representaciones biogeográficas, a nivel nacional, de uno o más ecosistemas que se signifiquen por su belleza escénica, su valor científico, educativo, de recreo, su valor histórico, por la existencia de flora y fauna, por su aptitud para el desarrollo del turismo, o bien por otras razones análogas de interés general.

En los parques nacionales sólo podrá permitirse la realización de actividades relacionadas con la protección de sus recursos naturales, el incremento de su flora y fauna y en general, con la preservación de los ecosistemas y de sus elementos, así como con la investigación, recreación, turismo y educación ecológicos”.

El artículo 51 párrafo segundo precisa que en los parques nacionales… “sólo se permitirán actividades relacionadas con la preservación de los ecosistemas acuáticos y sus elementos, las de investigación, repoblación, recreación y educación ecológica, así como los aprovechamientos de recursos naturales que procedan, de conformidad con lo que disponen esta Ley, la Ley de Pesca, la Ley Federal del Mar, las convenciones internacionales de las que México sea parte y los demás ordenamientos aplicables.

El artículo 52 establece: “Los monumentos naturales se establecerán en áreas que contengan uno o varios elementos naturales, consistentes en lugares u objetos naturales, que por su carácter único o excepcional, interés estético, valor histórico o científico, se resuelva incorporar a un régimen de protección absoluta. Tales monumentos no tienen la variedad de ecosistemas ni la superficie necesaria para ser incluidos en otras categorías de manejo.
En los monumentos naturales únicamente podrá permitirse la realización de actividades relacionadas con su preservación, investigación científica, recreación y educación.

El articulo 53 tercer párrafo: “En las áreas de protección de recursos naturales sólo podrán realizarse actividades relacionadas con la preservación, protección y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales en ellas comprendidos, así como con la investigación, recreación, turismo y educación ecológica, de conformidad con lo que disponga el decreto que las establezca, el programa de manejo respectivo y las demás disposiciones jurídicas aplicables”.

En el artículo 54 textualmente nos dice: “Las áreas de protección de la flora y la fauna se constituirán de conformidad con las disposiciones de esta Ley, de las Leyes Federal de Caza, de Pesca y de las demás leyes aplicables, en los lugares que contienen los hábitat de cuyo equilibrio y preservación dependen la existencia, transformación y desarrollo de las especies de flora y fauna silvestres.
En dichas áreas podrá permitirse la realización de actividades relacionadas con la preservación, repoblación, propagación, aclimatación, refugio, investigación y aprovechamiento sustentable de las especies mencionadas, así como las relativas a educación y difusión en la materia.

El articulo 55 segundo párrafo plantea que: “En los santuarios sólo se permitirán actividades de investigación, recreación y educación ambiental, compatibles con la naturaleza y características del área”.

En la Sección III Declaratorias para el Establecimiento, Administración y Vigilancia de Áreas Naturales Protegidas, en el artículo 66 fracción II indica que “El programa de manejo de las áreas naturales protegidas deberá contener, por lo menos, lo siguiente: “Las acciones a realizar a corto, mediano y largo plazo, estableciendo su vinculación con el Plan Nacional de Desarrollo, así como con los programas sectoriales correspondientes. Dichas acciones comprenderán, entre otras las siguientes: de investigación y educación ambientales, de protección y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, la flora y la fauna, para el desarrollo de actividades recreativas, turísticas, obras de infraestructura y demás actividades productivas, de financiamiento para la administración del área, de prevención y control de contingencias, de vigilancia y las demás que por las características propias del área natural protegida se requieran”

En el título V del capítulo 1, referido a la Participación Social e Información Ambiental, la LGEPPA artículo 158, fracciones II y V plantea la posibilidad de establecer convenios entre la SEMARNAT e instituciones educativas y académicas para la realización de estudios e investigaciones en las áreas relacionadas con la protección ambiental; también señala el necesario impulso al fortalecimiento de la conciencia ecológica.

La Ley Orgánica de la Administración Pública Federal (LOAPF) en el artículo 32 bis, establece las atribuciones de la SEMARNAT y señala: “Le corresponde, entre otras cosas: coordinar, concertar y ejecutar proyectos de formación, capacitación y actualización para mejorar la capacidad de gestión ambiental y el uso sustentable de recursos naturales; estimular que las instituciones de educación superior y los centros de investigación realicen programas de formación de especialistas, proporcionen conocimientos ambientales e impulsen la investigación científica en la materia; impulsar que los organismos de promoción de la cultura y los medios de comunicación social contribuyan en la formación de actitudes y valores de protección ambiental y conservación de nuestro patrimonio natural; y en coordinación con la SEP, fortalecer los contenidos ambientales de los planes y programas de estudios y los materiales de enseñanza de los diversos niveles y modalidades de educación”.

En el Reglamento Interior de la Semarnat el artículo 17, establece las atribuciones del Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable textualmente:
I. Promover la coordinación de la Secretaría con las dependencias y entidades competentes de la Administración Pública Federal, para el diseño y desarrollo de programas de educación ambiental y capacitación para el desarrollo sustentable;
II. Formular, coordinar y supervisar el desarrollo de los programas y proyectos de educación y capacitación para el desarrollo sustentable, en apoyo de las actividades de la Secretaría y de sus órganos desconcentrados;
III. Participar con la Secretaría de Educación Pública para establecer y fortalecer programas educativos en materia ambiental, en los diversos niveles y modalidades del Sistema Educativo Nacional, con el fin de fomentar el desarrollo de una cultura ambiental, y formar y actualizar los cuadros de profesionales que se requieren para acceder al desarrollo sustentable;
IV. Coordinar las estrategias y procedimientos de educación y capacitación técnica y académica, para el fortalecimiento institucional de la Secretaría y sus órganos desconcentrados;
V. Formular y aplicar, en colaboración con la Coordinación General de Comunicación Social, los proyectos de comunicación educativa dirigidos a la formación de una concientización pública y a fomentar la participación ciudadana para el desarrollo sustentable;
VI. Programar la realización conjunta de actividades en materia de educación ambiental y capacitación para el desarrollo sustentable que soliciten las distintas áreas de la Secretaría y sus órganos desconcentrados, así como las entidades federativas y municipales que lo requieran y, en su caso, otorgarles asistencia técnica;
VII. Promover, en coordinación con las unidades administrativas y órganos desconcentrados de la Secretaría, el aprovechamiento de las instalaciones y equipo de que dispone la dependencia para realizar actividades de educación y capacitación;
VIII. Promover y realizar estudios e investigaciones sobre educación y capacitación para el desarrollo sustentable, con los centros de investigación científica, de educación superior y con el Instituto Nacional de Ecología;
IX. Promover, convocar y organizar el otorgamiento de premios y reconocimientos que establezca la Secretaría en materia ambiental y desarrollo sustentable y, en su caso, fungir como secretario técnico en los comités de evaluación;
X. Promover y participar, conjuntamente con universidades, centros de investigación superior y otras entidades nacionales e internacionales, en el diseño y desarrollo de programas de educación y capacitación para la gestión ambiental y la conservación, manejo y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales;
XI. Impulsar y apoyar la formación de promotores ambientales en el país, así como la organización de redes de individuos e instituciones que desarrollen proyectos de educación ambiental y capacitación para el desarrollo sustentable;
XII. Asesorar en la formulación de programas de educación y capacitación para el desarrollo sustentable, y apoyar su instrumentación entre los propietarios, poseedores y usuarios de los recursos naturales;
XIII. Proponer al Secretario, la suscripción de acuerdos y convenios de cooperación para la realización de proyectos conjuntos, así como para la obtención de donaciones, comodatos y financiamiento en apoyo de los proyectos y servicios, con la intervención, en su caso, de la Unidad Coordinadora de Asuntos Internacionales;
XIV. Aplicar, con la participación de las unidades administrativas y órganos desconcentrados de la Secretaría, las políticas de educación y capacitación en materia ambiental, y
XV. Las demás que le confiera el titular de la Secretaría, las que le señalen las disposiciones legales y reglamentarias relativas, y las que correspondan a las unidades administrativas a su cargo.

En el caso de SEP, la LOAPF, establece en el artículo 38 las atribuciones que le corresponden pero en materia de educación ambiental no considera facultades para la SEP en educación ambiental, por consiguiente en el Reglamento Interior de la SEP tampoco se establece atribución alguna. Desde mi particular punto de vista hay dos áreas que podrían estar vinculadas como son: la Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas o Dirección General de Desarrollo de la Gestión e Innovación Educativa o en su caso crear una Dirección General de Educación Ambiental que coordine los programas en la modalidad de educación formal en los niveles básico, media superior y superior y posgrado.

En el ámbito internacional no hay Tratados o Convenios en materia de educación ambiental que hayan sido ratificados. Existe el reconocimiento por los educadores ambientales de México a los instrumentos que no son jurídicos, que se han derivado de los eventos internacionales que han proporcionado los lineamientos en educación ambiental como la Declaración sobre Medio Ambiente Humano con el principio 19, Programa Internacional de Educación Ambiental (PIEA), Conferencia Intergubernamental de Educación Ambiental en Tbilisi, la Comisión Mundial de Medio Ambiente y del Desarrollo, Comisión de Brundland; la Declaración de Río, Agenda XXI, entro otros por mencionar.

En resumen aunque limitado nuestro marco jurídico en la materia de educación ambiental, pero contamos con estos preceptos que en su caso si se cumplieran estaríamos en otro escenario educativo ambiental. En ese sentido me atrevo a realizar algunas sugerencias para fortalecer este marco jurídico en cuatro rubros, en cada uno de los tres poderes y en lo que se refiere a los educadores ambientales y la sociedad.

En el Poder Legislativo considero que se debe establecer un proyecto de reformas en la LGEEPA unificar el término educación ambiental en lugar de ecológica así como fortalecer los objetivos y modalidades de la educación ambiental, Ley General de Educación que establezca que la integración de planes de estudio estén incluida la dimensión ambiental transversal e interdisciplinariamente, Ley Orgánica de la Administración Pública Federal para establecer atribuciones a la SEP en educación ambiental y en su caso establecer un área específica para atender la educación ambiental. Definir si sería viable establecer una Ley General de Educación Ambiental o fortalecer el marco jurídico vigente, así como establecer sanciones bien determinadas en cuanto a su aplicación en caso de incumplimiento o en su caso considerarlo como delitos ¿sería correcto?

En el Poder Ejecutivo, con respecto a SEP, requiere modificar su Reglamento interior a fin de fortalecer en atribuciones en materia de educación ambiental a la SEP y en su caso vigilar el cumplimiento que los planes de estudio de los niveles educativos privados y públicos este incluida la dimensión ambiental, la Semarnat debería establecer un eje a través del Centro de Educación Ambiental y Capacitación para el Desarrollo Sustentable para atender las diversas temáticas que en educación ambiental se requieren como educación para la conservación en Áreas Naturales Protegidas, agua, recursos forestales, para la justicia ambiental, pesca, aire, valores, entre otros y no estar realizando educación ambiental asilada y desvinculadamente. También es necesario promover convenios o tratados internacionales en materia de educación ambiental que se incorporen a nuestro sistema jurídico.

En el Poder Judicial urge fortalecer este ámbito en la manera que se defina la situación de las normas jurídicas en la materia de educación ambiental, es decir si continúan siendo preceptos legales de orden administrativo, las controversias serán dirimidas en lo Contencioso Administrativo, que dicho de paso forma parte del Ejecutivo, pero si llegasen a establecerse como delitos, entrarían en acción los órganos jurisdiccionales.

Con respecto a nosotros como educadores ambientales y la sociedad nos toca comprender que no es necesario contar con leyes para asumir que requerimos de educación ambiental que ésta debe asumirse con convicción y no por obligación, pero como son posturas románticas, entonces debemos fomentar la participación en los procesos legislativos tratar de unificar términos como educación ecológica, ambiental o ambiental para la sustentabilidad entre otros conceptos que contribuyen para regular adecuadamente desde el ámbito del derecho. Utilizar nuestro marco jurídico vigente y en su caso seguir los lineamientos internacionales que establecen la educación ambiental y promover convenios o tratados en la materia.


[1] Jefe de Departamento de Promoción Ambiental en el Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable SEMARNAT.
[2] Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. (2007) Ed. Sista

[3] Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El cuidado del agua en los niños de preescolar

María Isabel Vizcarra Reyna*

Introducción
La Educación Ambiental, es una temática a la cual los docentes de preescolar no le hemos dado la debida importancia, aunado a esto, la influencia de la familia y del contexto en el que los niños se desarrollan nos da como resultado, alumnos poco o nada interesados en el deterioro que sufre el medio ambiente.

Pero ¿Qué hemos hecho nosotras como Educadoras, para que surja este interés?
Cuando tenemos que abordar un tema de esta índole, nos concretamos con proporcionarles datos y conceptos de un gran nivel de abstracción, en consecuencia los alumnos no llegan a comprender ni asimilar dicha información. Otro error que cometemos es pensar que por el hecho de memorizar y repetir datos o frases (¡Cuidemos el agua, no la desperdiciemos!, ¡No tiremos basura!, ¡Cuidemos las plantas! Etc. ) hemos cumplido con el objetivo; pero en realidad ¿ Qué tienen de significativas estas prácticas?

Cuy Claxton, nos explica, que “Comprender algo, es más difícil que repetirlo y, por consiguiente, la enseñanza de conceptos es más compleja que la enseñanza de datos. (Pozo, 1998: 89)

Inclusive uno de los propósitos fundamentales del Programa de Educación Preescolar 2004 es que “Se interesen en la observación de fenómenos naturales y participen en situaciones de experimentación que abran oportunidades para preguntar, predecir, comparar, registrar, elaborar explicaciones e intercambiar opiniones sobre procesos de transformación del mundo natural y social inmediato y la preservación del medio ambiente”.(PEP 2004: 28)

De esta manera, es que existe la necesidad de formarnos hacia lo ambiental, de innovar estrategias las cuales puedan en primer lugar, captar el interés del niño, luego que puedan desarrollar habilidades como: la observación, la formulación de preguntas, la formulación de teorías o hipótesis, la comprobación, la interpretación, la comparación y la comunicación, con el propósito de que sea él quien aplique el conocimiento, descubra y construya sus propios conceptos o cambie los ya existentes.

Analizando un poco el contexto en el que desarrollo mi práctica educativa, pareciera que los pequeños se han acostumbrado a ver calles llenas de basura y el paso de un canal de aguas residuales como algo tan natural que forma parte de su medio ambiente. Me atrevo a decir esto, porque cuando les platiqué del canal de aguas negras que pasa por Río Hondo y el Molinito (colonias que circundan a la nuestra), años atrás era un río de agua limpia, se mostraron incrédulos y opinaron lo siguiente: - “no te creo, siempre ha estado así, sirve para que la gente tire su basura y el agua se la lleve lejos” (Opiniones realizadas el 6 de octubre del 2008).

Es alarmante ver que los niños vean este tipo de prácticas como algo que ya es parte de su medio.

Todo lo anterior me llevó a plantear la siguiente problemática “¿Cómo fomentar en el niño una actitud investigadora, que le ayude a cuidar su medio ambiente?

Se propone como alternativa de solución una estrategia didáctica, con una serie de actividades organizadas en cuatro bloques, los cuales tratan de abordar algunos de los principales temas sobre el cuidado y preservación del medio ambiente, estos son:

I. Cuidado del agua.
II. Cuidado de la flora.
III. Cuidado de la fauna.
IV. La basura.

La propuesta está basada en el Programa de Educación Preescolar 2004 y promueve el desarrollo de algunas competencias del Campo Formativo, Exploración y Conocimiento del Mundo en su aspecto, Mundo Natural.

En este ensayo, solo me remitiré a hablar sobre el análisis de las hipótesis elaboradas por los niños, en torno a “El Cuidado del agua”, este bloque consta de tres actividades. La primera llamada “El agua en la tierra” pretende que comprendan por qué es importante cuidar el agua; la segunda actividad “El baño ecológico”, tiene como objetivo principal mostrarles cómo podemos ahorrar agua, y la última es “Abra cadabra, esta agua está contaminada”, intenta que los pequeños observen como el agua contaminada afecta a los seres vivos.

Los niños tienen un modo peculiar de explicar el mundo. Al respecto la revista digital Con Texto Educativo, publica en uno de sus artículos llamado “El niño y la Ciencia” que “En la etapa infantil comprendida entre los 4 y 11 años el niño explica los fenómenos naturales de una manera sincrética; es decir utilizan conceptos y códigos del sentido común, de la religión que profesa su familia y de lo que ha aprendido en su cotidianidad”, quién de nosotros no ha escuchado a un pequeño decir, - “ llueve porque Dios abrió una llave” o “está lloviendo porque los angelitos están llorando” , etc.
Juan Ignacio Pozo, hace una clasificación de estas concepciones y las llama teorías implícitas, las define como “…el resultado del sentido común, es decir el funcionamiento del sistema cognitivo humano, que intenta dar sentido a un mundo definido no sólo por las relaciones entre los objetos físicos que pueblan el mundo, sino también por las relaciones sociales y culturales que se establecen en torno a esos objetos” (Pozo, 1998: 103)

El origen de estas teorías pude ser sensorial (s), en donde buena parte de esas concepciones se forman de modo espontáneo, y se basa esencialmente en el uso de reglas de inferencia causal.

Otras son de origen cultural ©; surgen como resultado de la interacción directa con el mundo, como el entorno social y cultural, es un conjunto de creencias compartidas por los grupos sociales.

Finalmente, otras son de origen escolar (e); son aquellos “errores” conceptuales de los alumnos que tienen aparentemente su origen en la propia enseñanza recibida. (Ibidem: 96-103)

Actividades para el Cuidado del agua
La mayoría de nosotros hemos escuchado que la superficie de la tierra está cubierta de agua en un 70% y tan solo el 30% es tierra firme, inclusive le llegamos a llamar planeta azul o planeta agua.

El Centro Virtual del Agua explica, “La realidad es que no es un planeta de agua, apenas es un planeta mojado. Para darnos una idea es como si mojáramos una naranja, la pequeña película de agua que permanece en la cascara es la misma porción de agua que existe en nuestro planeta”.

Las situaciones didácticas planteadas en la propuesta, son trabajadas bajo el método de Talleres. (Taller de ciencia).

Entendiendo que, un taller es un método de organización de los contenidos, en el que el punto de partida es una situación real, preguntas, necesidades o problemas, en distintas áreas como: salud, alimentación, medio natural, artesanías, tecnología etc., pretende el favorecimiento de la exploración, indagación, la creación y la construcción compartida del conocimiento, en un determinado espacio y tiempo.

Las actividades propuestas se encuentran organizadas en tres momentos:

En un primer momento se plantea una serie de preguntas, las cuales tienen como fin, captar la atención y el interés de los niños. La búsqueda de respuestas hace que planteen teorías o hipótesis alrededor de las mismas.

En un segundo momento, realizan un experimento, el cual les permite poner a prueba sus teorías o hipótesis.

En un tercer momento, interpretan los resultados y comparan sus hipótesis, lo que les permite seguir sosteniendo sus teorías o modificarlas.

1ra Actividad. “El agua en la tierra”

Preguntas planteadas. ¿Sabías que la mayoría de la superficie de la tierra está cubierta por agua? ¿Sabes por qué, si hay tanta agua debemos cuidarla y no desperdiciarla?

Registro de hipótesis
§ El agua nunca se va a acabar(s)
§ Porque dicen en la T.V. que u n día se va a acabar©
§ Porque no debemos contaminarla ©
§ Hay que cuidarla porque en mi casa no llega el agua ( Pedro vive en una vecindad)©
§ Porque el agua sucia nos hace daño©


El experimento consiste en lo siguiente: Se mezcla previamente un poco de colorante vegetal con agua, se vierte en una cubera para hielos y se mete al refrigerador hasta que se haga hielo.

Una vez hechos los hielos. Se llena un vaso con agua de la llave, se agregan dos o tres cucharadas de sal y se agita vigorosamente.
Se coloca un cubo de hielo en la superficie del agua del vaso. Esperar unos segundos.
Explicación. El agua dulce, que sale del cubo, se va derritiendo y se queda en la superficie del agua que le agregamos la sal (salada). Se dice que el agua dulce es menos pesada que la salada, porque queda encima “flotando”.
El agua de los océanos representa el 97% de toda el agua de la tierra. El otro 3% es agua dulce que podemos consumir y se encuentra básicamente como hielo, en los polos Norte y Sur.


Registro final de la evaluación
§ El 100% de los alumnos al inicio de la actividad, no sabían porqué debemos de cuidar el agua.
§ Al final de la actividad el 98% del grupo, logró entender que sólo una mínima parte de toda el agua de nuestro planeta es consumible. Esto lo pude percibir cuando se estuvieron comunicando entre ellos, en los equipos.
§ Inclusive un alumno llamado Johan pasó al frente a explicarle a otro compañero que no entendía, dijo - “es muy fácil, sólo una poquita de agua que hay en todo el mundo la podemos usar, la otra no, porque nos hace daño”.


Al analizar el cuadro de la evaluación final, podemos percatarnos cómo una teoría implícita se puede llegar a transformar. La teoría de Piaget sobre la estructura de la inteligencia, afirma que “La adaptación es un equilibrio que se desarrolla a través de la asimilación de elementos del ambiente y de la acomodación de esos elementos por la modificación de los esquemas y estructuras mentales existentes como resultado de nuevas experiencias”. (Araujo y Chadwick,1988: 105)

2da Actividad. “El baño ecológico

Preguntas planteadas: ¿En dónde utilizan el agua en su casa? y ¿Aquí en la escuela en dónde la utilizamos?, ¿Cómo se imaginan que podemos ahorrar agua, tanto en nuestras casas como en la escuela?

Registro de hipótesis.
§ La utilizan para lavarse las manos, pero hay que cerrarle al lavabo(e)
§ No lavar el coche con la manguera©
§ Bañarse rápido©
§ No bajar la palanca del baño a cada rato, no jugar con ella(e)
§ Mi mamá me da un vaso de agua para lavarme los dientes, porque dice que se ahorra agua©


El experimento consiste en lo siguiente: Primero se lava la botella de refresco de ½ litro.
Depositar las piedras dentro de la botella, de manera que sean suficientes para llenar el fondo, el resto llenarlo con agua y taparla.

Se quita la tapa del tanque de la taza del baño. Se baja la palanca para vaciar el agua y se coloca la botella en el fondo del tanque. Hay que tener cuidado de que no se atore la cadenita y permita subir y bajar la palanca.

Se vuelve a colocar la tapa del tanque. Ahora cada que bajemos la palanca ahorraremos de 1 a 2 litros de agua.

Explicación. La botella crea un espacio, haciendo que quepa menos agua en el tanque, así cada que bajamos la palanca ahorramos entre 1 o 2 litros.

Registro final de la evaluación
§ Fue una actividad NO adecuada para niños de preescolar por las siguientes razones:
- No pudieron observar el ahorro del agua, al bajar la palanca del baño.
- La explicación de que la botella crea un vacio, haciendo que quepa menos agua, fue un concepto muy complejo.

Como podemos observar, la actividad no fue adecuada. No pudieron percibir la cantidad de agua que se ahorra al bajar la palanca del baño, por lo tanto tiene un grado de abstracción que es difícil de asimilar y comprender para un niño preescolar, recordemos que se encuentran en el periodo preoperacional según Piaget, en donde requieren de procesos sensoriomotrices y del pensamiento simbólico para aprender.

Otro aspecto que hizo que la actividad no tuviera éxito fue, el manejo de algunos conceptos complejos (vacío, espacio). “…al proponer cosas que el niño no comprende, la escuela obliga a desarrollar un conocimiento típicamente escolar, que le sirve sólo dentro de la misma” (Tonucci, 2005: 39).

Después de esta experiencia la pregunta fue: ¿Se pueden manejar conceptos complejos de un modo simple?

Se replanteó la actividad de la siguiente manera:

Presentar a los alumnos dos botellas de refresco de 2 litros cortadas y hacer una marca en la parte superior.

Depositar piedras dentro de una botella de ½ litro, de manera que sean suficientes para llenar el fondo, el resto llenarlo con agua y taparla.

Poner la botella de ½ litro dentro de uno de los envases con la marca y llenar con agua las botellas hasta la marca, preguntar ¿En donde creen que hay más agua? ¿Qué pasa si saco la botella que está adentro?


Registro de hipótesis
§ Los dos recipientes están llenos hasta la misma línea(s)
§ Cuando saque la botella se quedará igual(s)
§ Cuando saque la botella bajará el agua, porque cuando me baño, meto la mano en la bandeja, y el agua sube, si la saco el agua baja(s)

Retirar poco a poco la botella con las piedras para que observen. Meter y sacar una y otra vez para que puedan percibir el fenómeno.

Explicación: Los envases grandes son como los tanques de las tazas de nuestros baños. Si metemos un envase con piedras podemos observar que ocupa menos agua, lo cual nos ayuda a ahorrarla. Esto es porque el envase con piedras ocupa el espacio que debería ocupar el agua en el tanque.

Registro final de la evaluación
§ Los niños expresaron lo siguiente:
- La botella que tenía adentro la otra botella chica de piedras, tenía menos agua.
- La botella ocupó el espacio del agua
- Lo que le falta de agua es lo que podemos ahorrar. De la marca hasta donde llega el agua sin la botella de piedras.

3ra Actividad. “Abra cadabra, esta agua está contaminada”

Se coloca una lámina de un río contaminado, lleno de desechos y basura (esto es para incitarlos a que pregunten).

Preguntas planteadas ¿Qué observan en la lámina?, ¿Qué creen que pase con los animales y plantas que viven allí?, ¿Podrían ustedes consumir de esa agua?, ¿Saben que cosas contaminan el agua?

Registro de hipótesis
§ Se mueren las plantas©
§ Les hace daño a los animales, se enferman©
§ La basura contamina el agua©
§ Si tomáramos esa agua, nos enfermaríamos de vómito y de la panza©
§ Las plantas crecen no importa el agua(s)
§ Las plantas se hacen tostadas(s)
§ La popo de los perros contamina el agua©

El experimento consiste en lo siguiente: Mezclar un poco de colorante vegetal con agua vaciarlo en un recipiente. Se introduce un clavel blanco o una rama de apio. Se deja a la vista de los niños, al final del día pediremos que lo observen ¿Qué pasó?
Se dejar la flor en al agua con colorante, durante una semana y se registran los cambios.
Explicación. El clavel cambio de color porque tomó el agua que estaba contaminada (colorante). Es lo mismo que les sucede a los seres vivos que llegan a consumir agua contaminada.

Registro final de la evaluación
§ Los alumnos pudieron observar después del tercer día cómo el clavel y el apio cambiaron de color por estar dentro del agua con el colorante vegetal, que simuló ser el agua contaminada.
§ Al final comprendieron que si un ser vivo consume agua contaminada, les hace daño.
§ El experimento fue muy significativo, ya que una niña que se llama Brigitte dijo que le quería enseñar a su mamá lo que habíamos hecho, luego otro niño comentó que él también, al final todos decidieron mostrarles a sus papás la actividad.
§ Una mamá comentó que ahora su hija es más cuidadosa con
el agua.

Esta serie de actividades pretenden formar la conciencia y la valoración de por qué debemos cuidar el agua. Uno de los propósitos fundamentales de la Educación ambiental dice que “De nada vale que conozcamos el mundo que nos rodea y que sepamos cómo actuar para preservarlo si no formamos normas, principios y valores”.

Conclusiones

Las prácticas educativas que hasta hoy se llevan a cabo en nuestras aulas con respecto a lo ambiental, son inadecuadas, la principal causa “La falta de una formación ambiental del cuerpo docente”.

Urge impulsar la Educación Ambiental; en algunos contextos los pequeños ven la contaminación del agua y del suelo como algo que forma parte de su medio ambiente.

Los niños en edad preescolar, elaboran teorías a partir de sus conocimientos previos, lo que les ayuda a explicar el mundo que les rodea y lo que en él acontece.

Al aplicar el primer bloque de la alternativa de solución, podemos contrastar algunos cambios significativos entre estas teorías iníciales y las que elaboraron o modificaron después de la experimentación.

Analizando los cuadros de registro de hipótesis y de acuerdo con la clasificación que realiza Pozo sobre el origen de las teorías implícitas, podemos determinar que: un 65% de las hipótesis planteadas tiene un origen cultural©, un 27% son de origen sensorial(s) y el otro 8% son de origen escolar(e).

Por lo anterior podemos concluir que, la influencia de la familia, del entorno social y cultural en el que se desarrollan los niños, transmite la mayoría de creencias sobre los hechos y fenómenos del medio.

Analizando el cuadro de registro final de la evaluación, podemos observar cómo son capaces de cambiar o modificar sus teorías iníciales, después de experimentar.

Finalizando, el papel del docente es clave, podemos seguir elaborando carteles muy creativos que destaquen la importancia de cuidar nuestro medio y creer que será significativo para nuestros alumnos o podemos implementar estrategias que le permitan descubrir por qué es importante dicho cuidado. NOSOTROS PODEMOS ELEGIR.

Bibliografía
ARAUJO Joao B. y CHADWICK Clifton B. “La teoría de Piaget, en : Tecnología Educacional. Teorías de instrucción. España Paidós Educador, 1988. Pp.65-79.
Centro Virtual de Información del agua. Fuente: CONAGUA (Comisión Nacional del Agua).
http://agua.org.mx/
MARTINEZ Gómez Mishel Y, AVILA Hernández Paola y GÓMEZ Cornejo Rosa (2005) Ciencia y conocimiento del medio. 3ªEdic. México (2008)
POZO Juan Ignacio y M.A GÓMEZ CRESPO (1998) Aprender y enseñar ciencia.3ª Reimpr. Madrid Morata, 2001. 85-127pp.
Revista digital de Educación y Nuevas Tecnologías. http://www.contexto-educativo.com.ar/
SEP. (2004) “Principios Fundamentales” en Programa de Educación Preescolar 2004. México. Secretaria de Educación Pública, 2004. p 28.
TONNUCI, Francesco (2005) “El niño y la ciencia” en Curso de Formación y Actualización Profesional para el Personal Docente de Educación Preescolar. Volumen II. pp. 37-50.

* Pasante de la Licenciatura en Educación de la Universidad Pedagógica Nacional. Unidad 095 Azcaptozalco.

jueves, 1 de octubre de 2009

Algunas consideraciones sobre el Cambio Climático

Hernán Sorhuet Gelós*

Presentación
Uno de los temas ambientales más importantes en la actualidad es el Cambio climático, de esta forma, hemos querido presentar en este espacio una perspectiva calificada sobre ese problema. Así, seleccionamos algunos artículos que ha publicado nuestro excepcional amigo y periodista uruguayo en su columna semanal de El país de Montevideo.

En el presente texto se recogen una serie de reflexiones sobre el Cambio climático y los factores que a nivel global y local está provocando y ha incitado dicho fenómeno. El autor no se queda en una lectura reduccionista del problema, nos lleva por senderos que trascienden el nivel de lo netamente ecológico implicando los ámbitos de lo económico, político y social. Los dejamos pues con la escritura fluida de un experto y sobre todo de un excelente humanista.

¿Está ocurriendo?
Así como la tecnología nos sorprende todos los días por los permanentes avances que se logran en el terreno de la comunicación, la electrónica o la medicina, lo que ocurre en materia ambiental también está cambiando la realidad, y por ello, las reglas de juego.

Si bien en general no hemos demostrado madurez para anticiparnos a los problemas, la crisis actual precipita los hechos y acorta los plazos.

Una de las grandes diferencias que se está operando es que comienza a predominar el convencimiento de que la solución de los grandes problemas llegará de la mano de la participación de la sociedad, y no como resultado del buen accionar de algunos sectores en forma aislada.

Esta participación es mucho más que el conocido desempeño de las organizaciones no gubernamentales (Ong).

Se trata de una etapa superior porque implica avances notorios en empoderamiento, o sea, en un nuevo ejercicio del poder, basado en la toma de conciencia de la gente del poder individual y colectivo que tiene para gestionar y resolver sus problemas.

Aunque todavía no se sabe muy bien como instrumentar mecanismos que conduzcan a un empoderamiento rápido y exitoso, de cualquier manera y como ha sucedido tantas veces, estamos aprendiendo en la marcha.

Las urgencias ambientales (sociales, culturales, económicas, políticas y ecológicas) obligan a quemar etapas con rapidez.

Lo que se busca es transformar las relaciones de los grupos sociales con los sectores de poder, en todos aquellos aspectos que afectan sus vidas.

Para ello es obvio que hay que estar en los lugares donde se toman las decisiones importantes. Es la única manera de lograr una más justa distribución del ejercicio del poder dentro de la sociedad, cuyo resultado final debería ser una mejor calidad de vida para todos.

De lograrse un avance significativo del empoderamiento, la sociedad estaría en el camino correcto para alcanzar un desarrollo económico, social, ecológico e institucional duradero.

Será el resultado del sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil, el sector productivo y el funcionamiento económico. A este tentador concepto se le denomina gobernanza.

Si pensamos en el calentamiento global como un ejemplo emblemático de la grave crisis ambiental actual, es evidente que su presencia acorta los plazos y reduce los niveles de paciencia.

Es un fenómeno con una característica única y para muchos novedosa: afectará a toda la humanidad. Y aunque lo hará de diferente manera, en todos los casos será lo suficientemente grave como para movernos el piso.

¿Está consciente la sociedad que debe participar en la preparación de las medidas de adaptación y mitigación al cambio climático? ¿Cómo y cuando lo hará?

A medida que nos enteramos de nuestras vulnerabilidades y de la prospectiva del problema, urge responder esas preguntas.

En éstos días la información que recibe la sociedad sobre el devenir del calentamiento global parece abundante.

Sin embargo no es de buena calidad, porque el mensaje general que deja es que el problema está aún lejano a nuestra realidad personal y grupal. Y no se así.

Lo que está ocurriendo alerta sobre lo vulnerable que somos y lo vital que resulta reaccionar de inmediato.
(El País; Montevideo, 9 enero 2008)


Hora de actuar
Durante la histórica Cumbre de RIO’92, entre los numerosos y trascendentes temas, sobresalieron tres: la pobreza creciente, el cambio climático y el crecimiento de la población mundial. Se hizo evidente que era una contradicción hablar de “desarrollo sostenible” si la humanidad no hallaba soluciones a estos mega problemas.

Han pasado tres lustros y aquellas advertencias no sólo se confirmaron, sino que se agravaron. Una de las razones de su enorme complejidad es que son asuntos íntimamente relacionados.

Se comporta como un círculo vicioso porque la población mundial crece a un ritmo alarmante (nos encaminamos a ser 7 mil millones de seres humanos), mientras que los recursos naturales son limitados -y están muy mal distribuidos y utilizados-, y los servicios insuficientes. El resultado es: aumento de la pobreza, más marginación y mayores asimetrías sociales.

Como era de esperar, el impacto de esta realidad sobre los ecosistemas es elevado. El más amenazante es, sin duda, el calentamiento global que experimenta la atmósfera, causado por las emisiones de gases de efecto invernadero que realizan la población mundial.

Estos cambios en el clima anuncian un fuerte impacto sobre las poblaciones más pobres del globo, debido a que se producirán mayores inundaciones, sequías, huracanes, etc.

Como si esto fuera poco, paralelamente al crecimiento demográfico se registra una marcada migración de las personas del medio rural a las ciudades. ¿Por qué lo hacen? Lo hacen buscando oportunidades de trabajo, acceso a servicios básicos (salud, educación, etc.), y mayor seguridad.

Los hechos demuestran que para las mayorías estos sueños no se cumplen. Sí aumentan los cinturones de pobreza de las ciudades, la tensión social y, desde luego, la violencia.

¿Cómo enfrentar este enorme desafío? Algo está bien claro, si no nos anticipamos a lo que se vendrá, debemos esperar situaciones terribles, pues los problemas actuales se potenciarán, y surgirán otros.

Hay que estabilizar la población mundial. Al igual que una comunidad que vive en una pequeña isla, la humanidad debe tomar conciencia que vive en un único planeta -del cual no puede emigrar- y actuar en consecuencia.

En cuanto al acelerado crecimiento de las ciudades, es evidente que no hay planificación que las prepare para recibir cada día más gente. También aquí el éxito depende de adelantarse “urbanísticamente” a los hechos.

Para enfrentar el futuro necesitamos a una población mundial educada e informada. Este olvidado objetivo debe ser una prioridad, pues es la gente la única que puede transformar la realidad en los niveles que estamos planteando.

Desde el punto de vista ambiental los obstáculos a superar también son enormes. A la conservación de la diversidad biológica le agregamos lo que ya tenemos encima con el cambio climático. Sabemos que es inevitable. Depende de nosotros el nivel de gravedad que pueda alcanzar el problema, así como la mitigación y adaptación que logremos como comunidad. Tenemos la capacidad de ganar tiempo, viendo lo que vendrá, a través de la proyección de los escenarios futuros. También de preparar a los sectores más vulnerables.

Podemos mitigar los daños y efectos negativos provocados por el calentamiento global, así como prepararnos para enfrentar los problemas de la mejor manera posible. ¿Aprovecharemos esta oportunidad, o pagaremos el precio más alto?
(El País; Montevideo, 13 de febrero de 2008)


Responsabilidades diferentes
A medida que la humanidad va asumiendo la magnitud del problema que significa el calentamiento global -y su incidencia en el llamado cambio climático- algo mejoran las posibilidades de enfrentar el desafío con mejores posibilidades de éxito.

Partimos de varios supuestos aceptados mayoritariamente. El primero es que disponemos de pruebas científicas incuestionables que demuestran que los gases de invernadero liberados en enormes cantidades por la acción de los seres humanos, están calentando la atmósfera y modificando el clima.

El segundo es que el desarrollo de las actividades humanas basado en la energía de los hidrocarburos (petróleo, carbón, gas), llevado adelante durante varios siglos, fue un error que hay que corregir.

El tercero es que, ante tan grave problema, existen responsabilidades comunes pero diferenciadas. El mundo es uno solo y todas las sociedades emiten gases invernadero. Pero no cabe duda de que la contribución de los gases ha sido –y seguirá siéndolo- muy despareja. Unos pocos estados son responsables de la inmensa mayoría de la contaminación atmosférica. El resto, casi sin intervenir en la generación del problema global, padecerán los severos efectos como cualquiera; y en muchos casos, más que cualquiera, si por ejemplo consideramos a los pequeños estados insulares.

Los costes de las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático, y de la cooperación que será necesaria para tener éxito en esas estrategias –acceso a tecnologías modernas, mayor equidad en los mercados, valoración de los servicios ambientales en ecosistemas estratégicos como los grandes bosque y humedales- son aportes que le corresponde realizar a las naciones desarrolladas, porque sobre ellas recae la mayor parte de la responsabilidad en la generación del problema (son las más contaminantes).

Resulta fácil comprender que es en este punto crucial donde las negociaciones internacionales están empantanadas. Una vez más queda demostrado que se puede discutir, con racionalidad y sólidos argumentos, cualquier asunto por espinoso que resulte. Pero, si involucra “el bolsillo” de los sentados a la mesa de negociaciones, los parámetros de la discusión cambian dramáticamente, devaluándose la responsabilidad y el sentido común.
Se explica entonces lo desesperanzador que se presente la actual orientación de los esfuerzos internacionales para mitigar el cambio climático, trabajando en estrategias que son simples remiendos, como si se quisiera tratar el cáncer con analgésicos. Pensemos en el mercado de carbono, en el tibio apoyo al desarrollo de energías alternativas, en los mínimos esfuerzos de las naciones desarrolladas de concretar reducciones significativas de sus emisiones.

El cuarto es que, la lógica del mercado imperante hace muy difícil rectificar el rumbo, a pesar de los acertados diagnósticos de la situación disponibles. Esto lleva a que se imponga el análisis de la situación casi exclusivamente a través del cristal de la economía. Si las medidas, los acuerdos o las políticas propuestas son rentables, seguramente se aplicarán. De lo contrario, las naciones del mundo, así como los organismos multilaterales más influyentes, seguirán esperando “a ver que pasa”, desconociendo las severas advertencias formuladas por estudios muy serios y confiables, como el del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).

Por lo visto seguiremos aprendiendo a los golpes.
(El País; Montevideo, 14 de mayo de 2008)


Amenaza real
Al principio se intentó desacreditar las advertencias de los científicos sobre los impactos negativos que el calentamiento global iba a tener sobre el planeta, diciendo que eran apresuradas y sin fundamentos sólidos. Luego, se cuestionó la urgencia reclamada para tomar medidas. Ahora el calentamiento global es un hecho, y la discusión está enfocada en tratar de determinar plazos, escenarios, intensidades, frecuencias y costos.

Si bien es muy importante acordar acciones para mitigar las causas del problema (emisiones de gases invernadero) a escala mundial, lo es aún más, elaborar una efectiva estrategia de adaptación nacional y regional, que nos permitan reaccionar con éxito ante las difíciles situaciones que se vienen.

Para poder anticiparnos a los hechos tenemos que conocer lo que sucederá. Recurrimos entonces a los modelos climáticos como herramientas capaces de simular las respuestas del sistema climático a diferentes situaciones. Nos permiten imaginarnos un escenario futuro, a partir de lo que ha sucedido y de las características de la región considerada. No se trata de un pronóstico sino de proyecciones basadas en variables como el régimen de precipitaciones, temperatura, vientos o ascenso del nivel del mar.

En nuestro país reconocidos investigadores como Gustavo Nagy, Mario Bidegain y Bernardo de los Santos, desde hace un tiempo estudian impactos, vulnerabilidades y posibilidades de adaptación en la zona costera a los cambios del clima, y elaboran escenarios climáticos, con el fin de saber qué está sucediendo y lo qué deberemos enfrentar, para responder interrogantes como quiénes se verán perjudicados, cuáles serán los costos de adaptación.
Desde el arranque los anuncios resultan preocupantes. Afirman que la máxima organización mundial en la materia, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), se está quedando corta en sus cálculos; los hechos avanzan más rápido de lo esperado. No estamos hablando de lo que les sucederá a nuestros hijos, sino a nosotros mismos.

Para el caso de la costa uruguaya resulta una sorpresa saber que la mayor amenaza contra su integridad no es la llegada de tormentas, vientos o el incremento del nivel del agua, sino las acciones humanas irresponsables.

Estas acciones colaterales son las que hoy provocan la acelerada pérdida de zonas de la costa uruguaya, como sucede en el balneario La Floresta. De hecho el ascenso del mar en Uruguay es menor que la media mundial. Se debe a la morfología de sus costas, al comportamiento de los vientos y a la conducta de los ríos Paraná y Uruguay, a través de sus descargas naturales.

Aunque a la hora de construir escenarios existen mucha incertidumbre, igualmente son la mejor herramienta disponible, por su nivel de credibilidad y la buena información utilizada.

Para las costas del Atlántico Sur se espera un incremento del nivel del mar, de la temperatura del aire, de la frecuencia de las tormentas severas y de las precipitaciones. Volviendo a nuestro territorio, se señala al delta del río Santa Lucía como una zona de mayor vulnerabilidad.

Queda demostrado que la producción de información pertinente y la generación de conocimiento se ha transformado en un eje clave para el presente y futuro del país.
( El país; Montevideo, 19 de noviembre de 2008)

Es el momento
El 2008 no podía finalizar peor. A las dos crisis a escala planetaria que estamos sufriendo (inseguridad energética y cambio climático) se le sumó la crisis económica y financiera que comenzó en los países más ricos.

La paradoja de esta situación tan complicada es que nuestra región no es responsable principal de ninguna de ellas y, sin embargo, ha sido arrastrada por sus efectos negativos. Deberá hacer grandes esfuerzos para mitigarlos y prepararse lo mejor posible para “campear el temporal”.

Días atrás la Cámara de Diputados de México y la Organización Global de Legisladores para un Ambiente Balanceado (GLOBE) reunieron a un significativo número de legisladores de las Américas, para analizar y discutir cómo enfrentar el cambio climático a partir de 2012 cuando finalice el Protocolo de Kioto. Pensando en quiénes toman las grandes decisiones, resulta obvio que el sector político en general y los parlamentos y congresos en particular, juegan un papel fundamental.
En ese sentido, durante los tres días del Foro Globe se destacó la nueva postura anunciada por el presidente electo Obama, como un elemento de esperanza, considerando que dirigirá los destinos de la nación más contaminante con gases de efecto invernadero, que además rechazó Kioto.

También estuvo sobre la mesa que para América Latina y el Caribe la situación actual es crítica, debido a su alta vulnerabilidad socio-ambiental.

Mientras tanto la crisis económica avanza como un tsunami cuyo peligro mayor es que nos haga perder de vista la realidad global. Por lo tanto, para que las soluciones resulten efectivas, deben ser integrales. Las tres crisis se deben atacar a la vez. De lo contrario perderemos tiempo muy valioso, malgastaremos recursos escasos, y profundizaremos el deterioro del nivel de vida de amplios sectores de la sociedad.

Cómo lograr buenos niveles de desarrollo y al mismo tiempo aplicar buenas medidas de adaptación y mitigación al cambio climático.

Por consenso se llegó a algunas conclusiones a tener en cuenta.

Como siempre se dice, las crisis ofrecen oportunidades. En este caso, se debe incorporar los objetivos climáticos y de seguridad energética como parte integral de la recuperación económica, social y ambiental que se busca.

Esta crisis ofrece un terreno propicio para reestructurar el modelo económico vigente responsable de la situación –como se plantea en la Declaración del Foro.

En ese sentido todo parece indicar que si no se toma muy en cuenta el valor económico del funcionamiento de los ecosistemas, de los ciclos naturales, etc., seguirá comprometida nuestra prosperidad futura. Pero esa valoración debe ser correctamente calculada y no como hasta ahora, donde los reales costos ambientales no aparecen en las auditorias y evaluaciones, determinando que muchas políticas y proyectos se aprueben y realicen sin advertir a priori, lo que ha sucedido tantas veces: que se socialicen las pérdidas resultantes.

Así como se está pidiendo un compromiso de los países emergentes en materia de reducción de carbono, primero las naciones industrializadas deberán dar señales muy claras en materia de cumplimiento de las metas acordadas de reducción de emisiones, de transferencia tecnológica y de financiamiento.
(El País; Montevideo, 17 de Diciembre de 2008)

Los nuevos refugiados
La llegada a nuestras vidas del cambio climático como uno de los problemas globales más impactantes obliga a analizar los múltiples aspectos que incluye. Uno de ellos en particular continúa deliberadamente postergado. Nos referimos a la migración forzosa por razones climáticas.
Se trata de una nueva categoría de migrantes. Sin embargo la resistencia a reconocerla es grande. Aunque la idea sobrevuela en muchas organizaciones, ni siquiera existe una definición aceptada del concepto. Se trata de una categoría especial de personas que por razones de supervivencia, se ven obligadas a abandonar la región o el país en el cual viven.

La ocurrencia de algún desastre natural repentino (fenómenos meteorológicos, como un huracán o una crecida) o lento (proceso climático, como desertificación, elevación del nivel del mar o salinización de la tierra) empuja a familias enteras a dejar sus hogares, donde su futuro está dramáticamente comprometido. La imposibilidad de retornar a sus lugares de procedencia puede ser transitoria o permanente.

Al no existir estas categoría esas personas desplazadas y en extrema vulnerabilidad, no tienen acceso a las ayudas previstas para los refugiados.

¿Cuál es la razón de esta resistencia a reconocer algo que parece tan obvio? Como suele suceder en temas complejos como éste, siempre existe más de una razón.

En primer lugar, si todos reconocen la posibilidad de que existan refugiados ambientales por razones climáticas, también aquí la mayor carga deberán asumirla los países desarrollados. Son ellos los principales causantes del problema, a través de sus elevados niveles de emisiones de gases de invernadero a la atmósfera. En otras palabras, las naciones incluidas en el anexo I del Protocolo de Kioto tiene una mayor responsabilidad en el asunto y, por lo tanto, es lógico esperar que asuman las obligaciones más pesada en la solución de los problemas.

En materia de refugiados ambientales las perspectivas no son nada buenas, considerando la frecuencia y magnitud de los problemas que anuncia el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC).

En segundo lugar, ante este panorama se deberán modificar las políticas de inmigración, especialmente la de los países desarrollados. En ese sentido, ya se escuchan propuestas de que esos países deberían hacerse cargo de una cuota de migrantes por razones climáticas, proporcional a sus emisiones totales. Aspectos como éste ayudan a explicar porqué existe tanta resistencia a avanzar en este terreno. De hecho, hasta ahora ningún país ha querido centrar precedente aceptando la categoría de refugiado ambiental por razones climáticas.

Seguramente no es casualidad que se insista tanto desde los países desarrollados en lograr exitosas medidas de adaptación en los estados más vulnerables al cambio climático, porque asegurarían, que las poblaciones afectadas no migraran en forma masiva. Quizás por esta razón se impone la idea de que la migración forzosa por razones climáticas es un fracaso de las políticas de adaptación, cuando perfectamente podría considerarse una forma de adaptación, cuando los riesgos y las condiciones imperantes in situ llegaron a niveles inmanejables.

Como decíamos, la complejidad y dinámica del tema parecen garantizar una marcha lenta de las negociaciones, a pesar de que el tiempo apremia.
(El País; Montevideo, 27 de Agosto de 2008)

Migraciones forzosas
Nadie discute que el cambio climático llegó para quedarse. Los múltiples problemas globales que implica para la humanidad están modificando rápidamente algunas variables.

Una de las que seguramente será más impactante es la migración forzosa por razones ambientales, que producirá cantidades enormes de refugiados ambientales. Consignarlo no significa ser alarmistas sino hacer una lectura de lo que está ocurriendo, aunque existe mucha resistencia a reconocerlo.

Aunque la idea sobrevuela en muchas organizaciones, ni siquiera existe una definición aceptada del concepto. El refugiado ambiental es una categoría especial de personas que por razones de supervivencia, se ven obligadas a abandonar la región o el país en el cual viven. La ocurrencia de algún desastre natural repentino (fenómenos meteorológicos, como un huracán o una crecida) o lento (proceso climático, como desertificación, elevación del nivel del mar o salinización de la tierra) empuja a familias enteras a dejar sus hogares, donde su futuro está dramáticamente comprometido. La imposibilidad de retornar a sus lugares de procedencia puede ser transitoria o permanente.

Al no existir aún esta categoría esas personas desplazadas y en extrema vulnerabilidad, no tienen acceso a las ayudas previstas para los refugiados. A pesar de las evidencias, parece no haber apuro en los organismos internacionales por solucionar el tema.

Reconocer la existencia de refugiados ambientales por razones climáticas, también implica poner la mirada en los grandes responsables del problema: los países desarrollados. Se sabe que son ellos los principales causantes del problema, a través de sus elevados niveles de emisiones de gases de invernadero a la atmósfera. En otras palabras, las naciones incluidas en el anexo I del Protocolo de Kioto tiene una mayor responsabilidad en el asunto y, por lo tanto, es lógico esperar que asuman las obligaciones más pesadas en la solución de los problemas.

Mientras tanto, el futuro de los refugiados ambientales cada vez se presenta peor, considerando la frecuencia y magnitud de los problemas que anuncia el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC).

Si se reconociera el problema y se aceptaran las responsabilidades, una de las primeras consecuencias debería ser que los países desarrollados modificaran sus políticas de inmigración, referente a esa nueva categoría de excluidos. En ese sentido, ya se escuchan propuestas de que esos países deberían hacerse cargo de una cuota de migrantes por razones climáticas, proporcional a sus emisiones totales. Aspectos como éste ayudan a explicar porqué existe tanta resistencia a avanzar en este terreno. De hecho, hasta ahora ningún país ha querido sentar precedente aceptando la categoría de refugiado ambiental por razones climáticas.
Mientras tanto, no es casualidad que se insista tanto desde los países desarrollados en lograr exitosas medidas de adaptación en los estados más vulnerables al cambio climático, porque ayudaría a que las poblaciones afectadas no migraran en forma masiva. Mientras tanto aumenta la vulnerabilidad de millones de personas. La reacción tardía a estos fenómenos inminentes solamente agravará las consecuencias negativas en cantidad e intensidad.
(El País; Montevideo, 1° de Julio de 2009)

* Periodista ambiental uruguayo. Escribe en el diario El País de Montevideo.

Plásticos biodegradables con o sin futuro

J. Adrián Figueroa Hernández*


El presente artículo trata de los plásticos biodegradables que están proliferando en su comercialización en México.

Existen dos tipos de estos plásticos en el mercado, los que son hechos con polímeros de maíz y los que están hechos con un aditivito biodegradable que se le pone al plástico común. Ambos se anuncian como 100% biodegradables, ante esto, hay que hacerse preguntas que nos deban llevar a ser consumidores responsables.
¿Son biodegradables o fotodegradables? Esta pregunta nos llevará a saber la manera de cómo se descomponen sus moléculas y eso conllevará a saber el tiempo de descomposición y los posibles impactos en la salud y en general al ambiente. Esto nos lleva a otra pregunta.
¿Qué significa que se degraden? Para algunos dicen que se puede lograr su degradación “en meses”, otros son específicos, marcan 4 meses y su total descomposición, otros anuncian que se empiezan a degradar estos plásticos y al cabo de dos años ya son partículas pequeñas que serán fácilmente degradas por bacterias. Ante esta última información viene otra pregunta.
¿Se han hecho evaluaciones del impacto ambiental de estos productos? Por el momento no he encontrado ningún reporte científico y oficial que hable del tema. En este sentido, se desconoce sobre el ciclo de vida de estos productos, es decir, de la cuna a la tumba, saber sobre sus insumos, gastos de recursos, desechos, impactos sociales, etc. Usando el principio precautorio que propuso Naciones Unidas, estos productos deberían ser analizados y certificados antes de salir al mercado. Imaginando que les creemos que SI se descomponen en partículas pequeñas, pero ¿quiénes las descompondrán completamente hasta integrarse a otros ciclos biogeoquímicos?, ¿Serán las bacterias quienes hagan esa labor? Si son ellas, cuáles, ya que no todas pueden hacer ese trabajo y no siempre están en cualquier lugar de la naturaleza o muchas de ellas como sucede con las bacterias que comen petróleo tienen que provenir de un laboratorio. Entonces, ¿Tendremos que comprar nuestras bolsas de plástico u otro producto con una dotación de bacterias? o ¿los ayuntamientos tendrán que comprar lotes de estas bacterias para sus tiraderos o rellenos sanitarios? Desde otro escenario probable, las bolsas se degradarán en partículas y si compramos o acumulamos un kilo de bolsas de plásticos, ahora será la misma cantidad, pero hecha polvo disperso por todos lados y quizá contribuyendo a una más de la gran cantidad de alergias que hay por falta de control de los desechos y sustancias tóxicas.
Conociendo un poco de la idiosincrasia mexicana, el consumo de estos productos se empezará a dar de manera poco diferenciada, ya que como analfabetas consumistas, sólo leeremos las letras grandes que dicen “Biodegradable” “Plástico orgánico”, u otra leyenda enverdecida o ecologizada reforzada con imágenes sugerentes a lo natural y ¡YA ESTA¡ todos somos responsables con la conciencia limpia de que estamos ayudando a nuestro ambiente. Y me vuelve a surgir otra pregunta ¿a dónde están las autoridades oficiales responsables de este tema? Seguramente conoces ya algunas empresas que así están vendiendo sus productos, con el engaño verde, tal es el caso de grupo Bimbo que dice que “contribuye a la ecología”, promoviendo su reforestación y envolviendo sus productos con bolsas hechas de plástico oxo-degradable. ¿Te imaginas las millones de bolsas que ya han sacado? ¿te imaginas las millones de bolsas que seguramente ya andan volando por todos lados de nuestro país, ya sea en tiraderos de basura y si bien les va en algunos rellenos sanitarios?, por supuesto esto nos lleva a otra más de las preguntas incómodas ¿Qué pasa con el impacto que puede provocar que se descompongan las bolsas en partículas y se desconozca el efecto que se provocará en el ciclo de la cadena alimenticia en los diversos ambientes que hay en nuestro país?
Este tema es muy delicado en términos de salud e impacto al ambiente natural, y será de nuevo injusto que la sociedad tenga que pagar con impuestos y riesgos a su salud las negligencias de muchas empresas, que sólo tienen como interés el de ganar dinero acosta de los que sea. A veces actuando con permiso disimulado de las autoridades y en otras ocasiones procediendo de manera libre, ya que no hay quien las norme en este tema.
Para rematar en la complejidad de este tema, seguramente ya escuchaste los pronunciamientos con relación a la prohibición de las bosas de plástico en México. Se inicia en el DF y en poco tiempo seguro estará en otros estados, suena bien la idea, tiene un buen color verde, es un buen discurso amigable con el ambiente, nos internacionalizamos los mexicanos al entrar a formar parte de gobiernos ecológicos, pero, si otro pero más, hay una serie de detalles que no son explícitos, por ejemplo ¿tendremos que usar otro tipo de bolsas alternativas? Si es así, dónde están las propuestas y por supuesto que no afecte al bolsillo del consumidor, ¿si vamos a usar las bolsas “biodegradables”, quién nos garantiza su calidad y el bajo impacto ecológico?, una pregunta más ¿se tiene la ley pero cuando estará vigente su reglamento?, y otro asunto más, ¿dónde está la campaña de sensibilización e información al consumidor para que se incorpore a una nueva disposición gubernamental? Creo en la corresponsabilidad sociedad-gobierno como un modelo ideal de trabajo, pero los que gobiernan siguen priorizando la politización de los asuntos trascendentales en el país, algo así como en los años setenta cuando todo tenía el tamiz desde la visión económica.
Hay más aristas por donde atender este tema de los plásticos “biodegradables”, espero que pronto podamos abrir un debate y búsqueda de soluciones viables y asertivas. Estamos a tiempo de ser precautorios de un asunto socio-ambiental delicado, donde el entendimiento de lo nanométrico de este tipo de plásticos, nos dará muchas más pistas para tomar decisiones sobre los efectos ambientales y los impactos en nuestra salud.
* Ecoparadigma A.C.

Tú y las nubes: Estándares de la ciencia en México y el Programa de Maestría en Educación Ambiental en la UPN/095 D. F. Azcapotzalco

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán*

1.-El contexto: enfermos de evaluación
Entre la autocrítica que corre el riesgo de ser creída y asumida, el refrito presentado con fines de posicionamiento en múltiples foros o el autoelogio del espejo deformado de las cifras y los logros en el que no creerán los que lean el presente ejercicio, he elegido, esta vez, la reflexión. El inicio de un diálogo entre el Programa Académico en el que vivo y me que habita – ya hace largo tiempo- y la forma en que está legitimada la ciencia en México.
En primer lugar es inevitable decir que al menos en los últimos cinco gobiernos federales en nuestro país el modelo de la ciencia fue siguiendo muy de cerca los pasos del estilo planetario de desarrollo que colocó en el centro al mercado, al dinero como fin último y su lógica toda de relativismo e inmediatez: desplazando al Estado como proyecto general de beneficio para todos[1], y en que la sociedad se fue convirtiendo en un lugar solo para los mejor adaptados a cualquier costo al capitalismo global.
Exitoso devenir por casi veinte años (1989-2007) en el que tanto economía como producción de conocimientos fueron uno en la eficacia, la eficiencia y el rendimiento dominante. En este contexto, para el modelo llamado neoliberal, la evaluación se convirtió tan importante como el agua en los seres vivientes. El ingrediente vital que ayuda a separar lo valioso de lo que no lo es. Se pretende, en ambas realidades, la económica y la científica, el cumplimiento de estándares con diversas finalidades, como seleccionar, certificar, descalificar, excluir, marginar, ponderar, diferenciar, jerarquizar, clasificar, premiar, estimular, desaparecer primero científicos, luego programas académicos para más tarde atentar contra proyectos nacionales y hay quien sostiene que contra la humanidad misma.
Hace ya casi una década, Díaz Barriga (2000) nos advertía en forma precisa y prospectiva que la evaluación académica sentaría sus reales como una obsesión impuesta, a veces con rasgos ideológicos, otras en forma sutil y las más como parte de paquetes financieros de los organismos internacionales como el Banco Mundial, OCDE o la UNESCO y se quedaría entre nosotros. Algunos rasgos sobre la evaluación que el investigador destacaba eran:
a) La evaluación académica se emplea no solo con el fin de mejor el funcionamiento del sistema educativo, sino también para justificar la exclusión de quienes se considera no merece estar en tal sistema. Es decir, diferenciar entre cirrus y espumas viajeras.
b) La evaluación está asociada a un pensamiento neoconservador: el triunfo de las leyes del mercado, la exacerbación de la competencia en detrimento de la colaboración como un nuevo darwinismo social. El concepto de competencia es hoy tan grande curricularmente que lo podemos considerar ya una pandemia.
c) La evaluación forma parte de las estructuras de poder (internacional y nacional) que afecta los procesos institucionales escolares. Evaluación y poder no son sino una nueva forma de dominación racional cuyo resultado impactan a la sociedad en su conjunto.
d) Los organismos internacionales antes citados han inducido a determinadas prácticas de evaluación con determinaciones técnicas, financieras e ideológicas. Estas evaluaciones tienden a descalificar al Sistema y sus actores sin analizar las causas de los resultados. Las valoraciones responden a una lógica instrumental (el examen resulta más importante que a quien se le aplica).
Las valoraciones no dan cuenta del valor intrínsico de la tarea educativa. En el caso mexicano, lo anterior queda plenamente demostrado en la evaluación a maestros que concursaron para una plaza laboral, que ha traído una descalificación y condena social, sobre todo por el manejo tendencioso de algunos medios de comunicación a los profesores dejando intacto un proceso plagado de errores y no exento de corruptelas.
La potente carga argumentativa de Díaz-Barriga se realizó con toda pertinencia y contundencia en el año 2000, hoy cobra relevancia ante la crisis financiera mundial desatada desde hace por lo menos dos años en Estados Unidos y hace unos meses reconocida en casi todos los indicadores sociales y económicos y en la realidad de nuestro país es necesario volver a pensar ese modelo. A nuestro juicio es indispensable proponer una nueva economía con un nuevo proceder científico.
Guevara (2005) señala que a nivel de Administración Pública en México se han seguido en estás últimas décadas las siguientes tendencias en las que la política de ciencia no es excepción:
A) Se ha optado por reducir – por una tendencia mundial de un modelo neoliberal dominante que se impuso en la década de los ochenta del siglo pasado- al tiempo que se mantiene el crecimiento en las demandas sobre la actividad gubernamental. A más sociedad no vino más gobierno como lo recomendaba Weber, sino más intercambio de bienes y servicios.
B) Tendencia a una exigencia de mejorar la calidad gubernamental, de optimización de recursos, manifiesta incluso por certificaciones, evaluaciones y auditorias externas.
C) Cambio en la naturaleza de las demandas: mejor acceso y transparencia a la información, el saneamiento y preservación del medio ambiente, políticas no discriminatorias, por lo menos discursivamente.
En resumen el dogma quedo dictado: hacer más con menos, hacer las cosas mejor y hacer nuevas cosas.

2.- A ras de tierra
En este contexto hemos aprendido a sobrevivir. Habitar un Programa Académico de Posgrado durante los últimos 18 años nos ha educado en la necesidad de vivir atentos a la serie de hechos y lineamientos arriba señalados que se fueron introduciendo en los últimos años en las Instituciones de Educación Superior. Y que cada día cobran nuevas víctimas.
Tres procedimientos particularmente llaman poderosamente nuestra atención : las formas de financiamiento y estímulos; las evaluaciones y acreditaciones; y los indicadores impuestos que desde el cielo de la normatividad externa a las Universidad y que han modificado en forma impresionante la dinámica y operación académica del posgrado en México. Creemos que las maestrías en Educación Ambiental no son excepción. Veamos estos tres elementos desde la lógica de nuestra cotidianeidad, esto es siguiendo a Heller, desde la realidad suprema que se nos ha ido imponiendo.

a) El dinero que ya no llegará
Con el crecimiento del mercado, la extinción del Estado es un proceso casi natural. El problema es que cuando el Estado lo era todo, con él se va lo demás. Este año nuestro país perdió incluso secretarías de Estado que no consideró prioritarias como la de Turismo, tercera fuente de ingresos al Producto Interno Bruto (PIB). El financiamiento estatal parece escurrirse entre las manos de programas de choque que han regresado.
Las reducciones presupuestales aparecieron con la amarga crudeza que las caracteriza impactando de frente a la educación y la ciencia el presente año. Por eso no es de extrañar que valientes mexicanos se opongan a las mismas. Por ejemplo, la maestra Rosaura Ruiz de la Academia Mexicana de la Ciencia no solo insiste sino que vuelve a señalar la importancia del financiamiento para el sustrato científico:
El Estado debe asumir con seriedad y responsabilidad su compromiso de elevar de manera sostenida la inversión en ciencia y tecnología para cumplir la obligación legal de destinar a ese rubro en el año 2012 el equivalente a uno por ciento del PIB (la inversión pública en Ciencia)
Es técnica y financieramente viable, y eso genera efectos multiplicadores casi inmediatos, los cuales se expresan en mayor productividad, competitividad, empleo y más ingresos.

La viabilidad de la ciencia y la educación no esta en la mirada de corto plazo de los economistas que gobiernan el presupuesto y financiamiento en el México de hoy está en el desarrollo alterno que puede generar el conocimiento como lo han demostrado las economías de Japón, Corea y Finlandia, en las últimas tres décadas, que aunque con notables diferencias con una clara coincidencia: un partida presupuestal cada vez más grande para ciencia, tecnología y educación.

b) Evaluación y acreditaciones: las modernas estrellas en la frente
Son muchos los ejemplos de cómo las evaluaciones externas cayeron como bombardeo aéreo sobre nuestros campus. Pongamos el ejemplo del ingreso a posgrado. En un reciente artículo (Sánchez: 2009) se documenta el incremento del uso para ingresar a los Posgrados del Exani-III- es decir, el instrumento diseñado por la asociación civil llamada Ceneval que se utiliza para seleccionar alumnos- que pasó de 4 mil 730 sustentantes en 1998 a 17 mil en el 2008. Vertiginoso crecimiento muchas veces inducido como criterio de calidad o excelencia.
El mismo Sánchez nos explica las bondades del instrumento:

“Esta prueba ayuda a resolver la problemática de admisión, es particularmente útil cuando es necesario destacar las diferencias individuales de los sustentantes para expresarlas en alguna métrica (…) los datos contenidos en el cuestionario de contexto dan cimiento a la toma de decisiones. Para que la información derivada de estas evaluaciones pueda aprovecharse al máximo, se requiere una convicción generalizada entre los miembros de las instituciones acerca de su necesidad y beneficio potencial”.

¿Qué podemos decir de ese glorioso instrumento desde el suelo de un posgrado?

I.- Que nos fue recomendado por las autoridades de la universidad como requisito para poder abrir la maestría después del rediseño en la séptima, octava y novena generación de la maestría. Podemos demostrar con desempeño académico y otros criterios de más de 60 de nuestros alumnos egresados que los primero lugares de ese examen no fueron los que mejor rendimiento académico tuvieron. Mucho menos los primeros en titularse. Solo fueron eso sí, los que mejor contestaron el Exani-III.
En esta última generación apostamos, a contracorriente de la estrella en la frente o el permiso correspondiente, a un diplomado-propedéutico, al cual asistieron cerca de 50 alumnos-maestros durante seis meses. El trabajo, desempeño y selección mejoró sustantivamente en el programa una vez que ingresaron los alumnos aceptados.

II.- El Exani-III no es un instrumento de educación ambiental. No mide por tanto conceptos, categorías, aptitudes y actitudes específicas en el campo. Evalúa cultura general, importante, sin lugar a dudas, en un proceso formativo, pero no podemos menos que decir que es incompleto.
A pesar de esto, tal vez desde lo más alto de la bóveda celeste, el articulista de la apología de Exani-III nos pide fe ciega y nos impulsa a no mal gastar los ingresos públicos, teniendo esta maravilla de prueba:

(que la sociedad en general) manifieste un interés cada vez mayor por la calidad y la excelencia, en la que este tipo de instrumentos sea condición sine qua non para optimizar la distribución de los cada vez más escasos recursos destinado a la educación.

De lo anterior se infiere que en lugar de mal gastar recursos con otras formas de ingreso, debemos usar el instrumento que muy sutilmente ha llegado también para quedarse.

c) Los indicadores: algunos relatos del absurdo
En algún tipo de ciencia la forma de operacionalizar las hipótesis llegan inevitablemente a la construcción de indicadores. Estos son la fragmentación mínima que me permite observar, seguir y cruzar (¿y castigar?) al objeto.
Si en algo hay coincidencia en diversos niveles de evaluación desde el Sistema Nacional de Investigadores, hasta las políticas de mejoramiento del profesorado, los cuerpos académicos y los estímulos al interior de loas Universidades es que se debe cumplir indicadores: estándares prefabricados- quién sabe por quién y para qué- a los que hay que llegar. Obstáculos que hay que saltar si se quiere seguir con vida en la carrera académica o de investigación.
Por ejemplo uno clave en los Programas de Nacionales de Calidad es la eficiencia terminal, pero está tan cuadrado y lleno de sí, este indicador que no hay lugar para los muertos, los enfermos o los que han tenido otra forma titulación o continuación académica ahora permitida por la Secretaría de Educación Pública, como proseguir un doctorado.
No vamos a entrar en detalle sobre la forma autoritaria en que se han impuesto estás prácticas, casi siempre en forma vertical y unilateral. Tampoco de la poca discusión colegiada o pública que hay sobre ellas. Los silencios cómplices de los académicos y las autoridades. Los incontables pleitos en los grupos de trabajo por destacar o por la obtención de puntos, premios o becas. Dejaremos para más adelante toda esta narración.
En esta ocasión solo hablaremos del absurdo del reporte de los mismos. Para reportar han inventado una carretera ideal: el formato. Este ayuda a no pensar en algo largo y engorroso como los informes científicos antiguos, sino en una hoja con cuadritos muy bien diseñados para cada parte en la que se ha fragmentado lo sujeto a reporte.
Así, recientemente una maestra de primaria nos comentaba que a principio del año pasaron con un formato para evaluar a sus alumnos y ella no encontraba en esos indicadores a sus alumnos. Mis alumnos son mucho más que silábicos o pre-silábicos. De la misma forma que el profesor de secundaria Francoise, en la película La clase (Entre les murs, Cantent L., Francia; 2008) se rasca la cabeza tratando de meter un incidente tan complejo como todo lo que sucede en el salón de clase en los cuadritos asignados en el reporte que le pide el Director.
Este uso se ha generalizado de tal suerte que para la publicación en revistas y participación en congresos ahora se pide un resumen con determinado número de palabras, las cuales no se pueden exceder, a riesgo de que el sistema se congele o bloqueé la página como castigo por desafiar el formato. ¿Es más importante el cumplimiento de la regla o la ponencia?
La realidad una y otra vez tiene que encajar en el formato, en el que no hay lugar para ambigüedades, explicaciones, discrepancias o contradicciones. La realidad es plana y debe caber en el cuadrito.
3.- Epílogo
En el zapping diario televisivo al que acudo todas las noches me encuentro en el Canal 22 a una veterana investigadora de la UNAM declarando algo que de tan obvio suena escandaloso: todavía en México se piensa en apoyar la ciencia; los países desarrollados se apoyan en la ciencia. Esto nos ha metido en una dinámica de círculo vicioso: menos creencia en la ciencia como instrumento del crecimiento económico y equidad social ha traído menos desarrollo. En consecuencia como, lo afirma Jiménez Espriú (2009): nuestro retraso educativo en relación con los países desarrollados, en este mundo global de implacable competencia y bautizado como el de la sociedad del conocimiento, es de 20 años.
Sin embargo, la crisis económica se ha comenzado a remover viejos espíritus. Uno de ellos es el de la necesidad de resguardar lo que se ha logrado en, por ejemplo, la educación, la ciencia y la tecnología, de defender a las instituciones contra los atentados presupuestales que ya empezaron a dinamitar a los proyectos. En educación pública superior destacan en esta misión del siglo XXI, autoridades académicas, investigadores y profesores. Cito dos:
El Dr. Narro, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México no ha perdido oportunidad pública o privada en el último año para dar una verdadera y necesaria guerra de guerrillas en defensa de los espacios académicos todavía no privados:
“…a quienes piensan en la desaparición de la educación pública tendríamos que decirles que guarden esas intenciones en el cajón de los recuerdos, porque la sociedad se opondría a una medida de esa naturaleza, pues es imposible concebir a México sin este sistema”. (La Jornada 21 de marzo del 2009)

No se trata de una visión precipitada o desinformada de la situación de la educación superior del hombre que gobierna el lugar en que se desarrolla la mayor cantidad de la ciencia de nuestro país. Es la lucha con la pantera del estilo política y económica que ha ido cercenando este país. Que ha terminado, como lo hemos señalado, por tergiversar valores aun de la masa crítica de los mismos institutos científicos. Remata así el Dr. Narro.

No puede ser que hoy el éxito se mida en dinero o en bienes materiales y que los valores sociales no tengan mayor relevancia; se trata de una visión equivocada en la que pareciera que en las sociedades sólo importa el consumo. El modelo de desarrollo seguido por el mundo ya demostró que no funciona y que tiene que replantearse por uno más adecuado y sensato.

Por su parte en igual forma la maestra Ruiz, directora de la unidad 095 de la UPN se suma a esta cruzada en último número de la Revista Pedagógica Caminos Abiertos sostuvo, en el contexto de la era de las pandemias, la importancia del hecho educativo:

La resultante de este trabajo es, la educación, antiviral potente que permite que toda sociedad permanezca sana, no importa qué tipo de influenza nos ataque, pues donde exista un docente que se comprometa con su labor docente, inyectará vacuna tan potente que protegerá de cualquier embate a todos los seres humanos de este planeta. Planeta que está en crisis, y qué sólo a través de la educación lograremos salvar para bien de la existencia humana.

Pero hoy en el Wall street (no en México) y en otros centros financieros planetarios ya se habla de la salida a la crisis económica. Por eso la todavía joven investigadora canadiense Naomi Klein, creadora del No-logo, nos alerta sobre el peligro de salir de la crisis a lo mismo:

¿Queremos ir ahí? ¿Queremos salvar ese sistema precrisis, regresarlo a donde estaba el pasado septiembre? ¿O queremos utilizar esta crisis y el mandato electoral de hacer un cambio en serio que se obtuvo en la pasada elección, para transformar radicalmente ese sistema? Ya debemos tener clara nuestra respuesta porque no hemos tenido la potente combinación de una crisis seria y un claro mandato democrático progresista por un cambio desde los años 30. Usamos esta oportunidad o la perdemos.(…)comenzando a aceptar la urgencia de la crisis climática, el hecho de que nuestra actividad económica está en guerra contra el planeta, que hace falta de inmediato un cambio radical.

Esta crisis en realidad puede se una oportunidad que nos sirva para ir pensando el planeta y por supuesto la ciencia y la educación ambiental de otra forma, menos cuadrada y más creativa, democrática y propositiva. Los programas académicos, en particular los relacionados con la educación ambiental, van a seguir siendo amenazados, dada su naturaleza de resistencia y subversión dictada por el análisis del desarrollo y sus implicaciones educativas y ambientales que se han cuestionado desde siempre. Por eso no encajan en la lógica de la ciencia y estilo de desarrollo dominante. La tozudez de los mismos va en sentido estrictamente contrario y proporcional a quien todavía no entiende la importancia y trascendencia de la educación ambiental. Es indispensable mantenerse en esa necedad. Y no en la comodidad de irse adaptando a los tiempos y los puntos.

Mientras yo me despido con una canción que le dedico a la ciencia tal y como está ahora.


Tú y las nubes me traen muy loco
tú y las nubes me van a matar
yo pa´rriba volteo muy poco
tu pa´bajo no sabes mirar
José Alfredo Jiménez


Referencias
Díaz- Barriga A (2000) Evaluación Académica. Centro de Estudios sobre la Universidad. Fondo de Cultura Económica. UNAM. México.
Guevara Sanginés A (2005) Política Ambiental en México: génesis, desarrollo y perspectivas. En
http://www.revistasice.com/cmsrevistasICE/pdfs/ICE_821_163-175__7AB46E07D38B71D230F5086ECF0F9887.pdf.
Jiménez Espriú (2009) "La educación... del presidente Calderón". Revista de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Klein N. (2008) "Capitalismo estilo Sarah Palin". En La jornada 23 de agosto del 2009. México.
Narro J. (2009) "Imposible concebir a México sin la educación pública". En la jornada. Sociedad y Justicia. 21 de marzo; Pág. 34 México
Ruiz Cruz J. (2009) "La Universidad Pública. Potente anti-viral contra la crisis". En Revista Pedagógica Caminos Abiertos 177. Universidad Pedagógica Nacional. Julio pág 6. México
Sánchez Restrepo Harvey (2009) "El exani-III: andamios para el posgrado", Campus, Milenio, 20 de agosto del 2009, Pág. 04. México.

* Coordinador de la Maestría en Educación Ambiental de la Universidad Pedagógica Nacional. Unidad UPN 095 D.F. Azcapotzalco.
1.- Un ejemplo de este abandono del Estado a sus obligaciones es el caso de la salud, baste recordar que en Alma-Ata, URSS en la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud, en septiembre de 1978: se exortaba a los gobiernos a cumplir la obligación: de cuidar la salud de sus pueblos, obligación que sólo puede cumplirse mediante la adopción de medidas sanitarias y sociales adecuadas. Uno de los principales objetivos sociales de los gobiernos, de las organizaciones internacionales e de la comunidad mundial entere en el curso de los próximos decenios debe ser el de que todos los pueblos del mundo alcancen en el año 2000 un nivel de salud que les permita llevar una vida social y económicamente productiva. La atención primaria de salud es la clave para alcanzar esa meta como parte del desarrollo conforme al espíritu de la justicia social.
Con la privatización, subrogación y uso de seguros médicos privados en países como el nuestro la salud pública se hace cada vez más precaria y vulnerable.